Este curso comenzó el lunes 8 de septiembre con un día muy especial para los niños y niñas de 3 años. Su primer encuentro no fue directamente en el colegio, sino en un parque cercano, un lugar abierto y familiar donde estaban con sus familias. Allí, las profesoras fuimos acercándonos poco a poco, presentándonos y compartiendo con cada niño/a un primer momento de juego y confianza. Empezar en un entorno exterior y cercano les ayudó a vivir este inicio con más tranquilidad y seguridad.

Después de ese primer día, los encuentros continuaron ya en el colegio, al principio acompañados por sus familias, como siempre hacemos. Durante las dos primeras semanas, el periodo de adaptación fue muy flexible: los niños y niñas aún no tenían un grupo fijo, sino que iban cambiando de aula cada día, conociendo a diferentes compañeros, compañeras y profesoras.

Este sistema permitió que todos y todas se conocieran, que se familiarizaran con ambas tutoras y que pudieran explorar libremente mientras empezaban a adaptarse a los nuevos ritmos. Tras estas primeras semanas de idas y venidas, pasamos finalmente a organizar los grupos fijos. A partir de ahí, poco a poco fuimos descubriendo juntos los distintos espacios del cole:

• Conocimos los patios, donde empezaron los primeros juegos compartidos.
• Visitamos las aulas, los rincones y los materiales que tendrán durante el curso.
• Jugamos  en la sala de psicomotricidad, un lugar que les encanta para moverse, trepar y experimentar.
• Conocimos a los profesores de música e inglés, que también formarán parte de su día a día.
• Dimos una vuelta por el centro, subimos a otros patios y llegamos hasta el polideportivo, siempre de forma gradual y adaptándonos a sus ritmos.

Con cada visita, cada rutina y cada pequeño descubrimiento, los niños y niñas fueron ganando seguridad. Día a día, fueron construyendo nuevas relaciones, reconociendo espacios y sintiéndose parte del colegio.

Hoy los vemos entrar más tranquilos/as, buscar a sus amigos/as, llamar por su nombre a sus profes y moverse con soltura por los distintos espacios. El periodo de adaptación ha sido un proceso cuidado y respetuoso donde cada avance cuenta y donde lo más importante ha sido que cada niño/a encontrara su lugar, a su ritmo.

Un comienzo lleno de ilusión, descubrimientos y cariño… y esto es solo el principio.